domingo, 15 de septiembre de 2013

Operación "Chastise". La RAF ataca las presas del Rhur. Primera parte



En la noche del 16 al 17 de mayo de este año se han cumplido 70 años  del audaz  y espectacular ataque estratégico llevado a cabo por  la aviación inglesa  para colapsar la principal región económica alemana. Fue la denominada en clave: operación “Chastise” (castigo), aunque también se la conoce  como “Dam Busters” (revienta presas) por el apodo que recibió el Escuadrón que lo efectuó.

LAS PRESAS SOBRE EL RHUR


  En el año 1913 tras cinco años  de construcción, fue inaugurada en Alemania la presa de Möhne .Su muro de contención de 40 metros de altura por  34 metros de ancho y 640 metros de longitud la convertían en la más grande de Europa con una capacidad para embalsar agua de  140 millones de toneladas. Tan solo dos años después, entraba en funcionamiento la presa de Eder, siendo sus dimensiones  un tercio mayores que la primera. Ambas, junto a otras más pequeñas, tenían por misión suministrar  energía eléctrica a la importante región industrial de la cuenca del río Rhur, así como regular  de forma constante  su caudal para hacerlo navegable incluso en periodos de sequía y proporcionar agua potable a más de cuatro millones de personas.



Era evidente que en tiempos de guerra, estas instalaciones fueran de vital importancia para los alemanes ya que hacían posible que sus numerosas  fábricas de armamento instaladas en la zona, suministraran a su Ejército abundante material pesado para continuar la contienda.

PRIMEROS ESTUDIOS Y ENSAYOS PARA EL ATAQUE

  El científico e ingeniero  inglés Barnes Wallis – diseñador entre otros ingenios, del avión de bombardeo “Wellington”-   que había estudiado concienzudamente los detallados informes publicados en 1932 por  los ingenieros germanos sobre la construcción de las presas, convenció al Ministerio de la Guerra Británico para que le permitiese desarrollar sus teorías conducentes a destruirlas empleando la Fuerza aérea.
  Tras los fracasos obtenidos en los primeros ensayos sobre presas a escala reducida ,se observó que se requerían  para inutilizarlas bombas de unas 40 toneladas - imposible de ser transportada en  ningún avión de la época -y dado que era impensable atacarlas con torpedos debido a las redes de protección con que contaban, Wallis llegó a la conclusión de utilizar una bomba que lanzada a una determinada velocidad fuera rebotando un número exacto de veces  en la superficie del agua hasta que chocara con la pared del muro de contención, momento en el cual se hundiría poco a poco , haciendo explosión mediante tres dispositivos hidrostáticos  a una profundidad de 9 metros calculada para que la onda expansiva produjera los mayores efectos destructivos.


Dibujo realizado por Barner Wallis para demostrar sus teorías


  Sucesivos  experimentos realizados con artefactos lastrados de cemento - incluidas pruebas en una presa fuera de uso de Gales, un quinto menor que la de Möhne  - perfilaron la bomba  a utilizar. Su fabricación fue compleja debido a la escasez de acero que existía en Inglaterra, (lo que obligó a desechar  que fueran esféricas como originalmente se proyectaron)   pero al fin,  trabajando febrilmente y “contra reloj” lograron obtener el número de ellas deseado que fueron sometidas a  mejoras constantes conforme eran probadas hasta que se entregaron las definitivas del ataque el 13 de mayo de 1943.
  Tenían forma de tambor  cilíndrico  de  1,3 metros de diámetro  por una longitud total  de 1.5 metros y 4, 2 Toneladas de peso. Su nombre en clave fue “upkeep” (mantenimiento) y contenían una carga de 2700 Kilógramos de  un explosivo especial subacuático denominado Torpex, 50 veces más potente que la trilita o TNT.



La bomba diseñada empleada en los ataques.


SE CREA EL  617 º ESCUADRÓN DE BOMBARDEROS  DE LA RAF


  El único avión capaz por su autonomía de transportarlas a su objetivo, era el bombardero cuatrimotor Avro 683 “Lancaster”,  modificado  convenientemente para esta operación en el modelo MK III  Especial,  ya que las escotillas originales  de su bodega no admitían las  creadas. El inconveniente se solventó, disponiendo en la parte inferior del fuselaje de unos soportes de sujeción y  se añadieron además  unos rodillos, que movidos por una correa sin fin impulsada por un motor hidráulico –tomada del sistema de dirección de un submarino británico- hacían que las bombas una vez lanzadas alcanzasen un continuo movimiento de rotación a 500 revoluciones por minuto y en sentido contrario a la marcha que les facilitaba su vuelo a “saltos” por la periferia de las aguas.
  

En marzo de 1943,  Guy  Gibson el más joven (24 años) y  uno de los más brillantes pilotos de bombardero de la Royal Air Force-contaba con más de 170 acciones de guerra especialmente nocturnas-, recibió la orden de elegir y preparar unas dotaciones para efectuar una misión especial de la que solo le adelantaron  que se llevaría a cabo sobre suelo alemán. Había nacido el 617º Escuadrón,  que con base en Scampton al este de Inglaterra se formó en tan solo dos días con  personal escogido entre los que  destacaban 21 de los mejores  aviadores existentes en el Reino Unido (del total de 133 hombres que la componían, 90 eran ingleses, 28 canadienses, 12 australianos, 2 neozelandeses y  un piloto norteamericano-el capitán Joseph C.McCarthy- encuadrado en la RAF).



Las tripulaciones se sometieron durante más de dos meses a duros entrenamientos tanto diurnos  como nocturnos en los lagos y valles escoceses. Practicaron  fundamentalmente los vuelos rasantes, que tendrían que efectuar en  su larga aproximación al objetivo para evitar ser localizados por los radares y la  caza  alemana ( no más de 450 metros de cota), pero también aspectos complejos como era el lanzar las bombas a una determinada distancia y  a  18 metros sobre el nivel del agua –era la altura ideal  según  Wallis- desde aviones que irían a una velocidad de unos  354 kilómetros por hora  y  por la  noche.
  Para calcular el momento del lanzamiento, los pilotos dispondrían de  un elemental visor de madera en forma de triángulo, con uno de sus  vértices horadado en forma de ocular y un clavo  en  cada  extremo de los  restantes brazos. Haciendo coincidir la visual de éstos, con las dos torres ubicadas en el embalse, se conseguiría que la distancia -370 metros antes de la presa-fuese la correcta.



Visor de madera utilizado


  Dado que antes del ataque  y durante un prolongado trayecto,  los bombarderos tenían que conservar  una altitud constante de vuelo y que los altímetros   con que estaban dotados no se podían utilizar -marcaban mediciones mínimas superiores a los 18 metros previstos para arrojar las bombas- se ideó un ingenioso sistema para solucionarlo .Consistía  en ubicar en su parte delantera y trasera sendos focos con una inclinación determinada, cuyos círculos de luz sobre el agua solo convergían  entre sí  cuando el avión estuviera a la altura correcta .



Momento del lanzamiento .Obsérvese los haces convergentes sobre el agua.


ULTIMOS PREPARATIVOS  


  El 15 de abril de 1943, en el mar frente a  las playas de Reculver  situadas en el condado de Kent al sureste de Londres, se lanzó una bomba similar a las preparadas para el ataque. Ésta se rompió en su exterior al ser lanzada desde una altura errónea, pero el interior logró   avanzar dando los saltos previstos sobre el agua .Seis días más tarde, se repitió el ejercicio pero esta vez los resultados fueron   decepcionantes al no estallar. Esta circunstancia estuvo a punto de posponer la operación durante un año e incluso se llegó a pensar en suspenderla definitivamente, pero  el último intento llevado a cabo con  pleno éxito  el 28 de abril, fue determinante para  dar  luz verde a  tan ansiada misión.

  Mientras esto sucedía, aviones de reconocimiento   fotografiaban las presas alemanas con un doble motivo: asegurarse  la ubicación exacta  de sus defensas antiaéreas –eran incomprensiblemente escasas a su alrededor-   y  deducir la fecha en que los embalses alcanzarían el máximo nivel  de sus aguas.    Ésta se fijó para la semana del 13 al 19 de mayo, en la que estarían a un metro de ese nivel, lo que añadido a  que coincidiría con luna llena, haría más  fácil  la ejecución del ataque.

  En la madrugada del 16 de mayo, los 19 “Lancaster” que iban a participar en la misión fueron pertrechados tanto con las bombas destinadas a los objetivos como con munición trazadora para sus ametralladoras de a bordo, las cuales tenían que ser disparadas ininterrumpidamente con el objeto  de distraer e impresionar a las defensas alemanas en el transcurso de la incursión.


 FUENTES BIBLIOGRÁFICAS  Y FOTOGRÁFICAS:


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