domingo, 24 de abril de 2022

[Mis ejércitos] Soldados de la Unión ACW para Escaramuzas

 

En el club +1 al Dau, estamos utilizando varios juegos de escaramuzas, entre ellos uno para el periodo de la Guerra Civil Norteamericana (ACW)

 

Al final me hecho con un grupo de 12 miniaturas de la caja de soldados ACW de Perry Miniatures, y los he pintado de soldados de la unión.

La unidad consta de 1 oficial, 1 sargento, 2 cabos, 1 tambor, 1 francotirador (curiosamente iban de color verde) y 6 fusileros.

Todos pertenecen al 6º cuerpo de ejército, 1ª división, por eso llevan en el kepis la cruz roja

 

El oficial y el tambor.


El francotirador.



Los suboficiales.


Los fusileros.

Y ya tengo la unidad lista para entrar en combate.


domingo, 3 de abril de 2022

SESGO DE SUPERVIVENCIA – COMO NO BLINDAR LOS AVIONES EN LA WWII

 

Hoy contaré un caso curioso, denominado Sesgo de Supervivencia, que en la WWII llevo, mediante la observación de los impactos a los bombarderos aliados que regresaban de una misión a distorsionar la realidad y “casi” provocar una catástrofe.

 

Historia

Durante la Segunda Guerra Mundial las fuerzas aéreas estadounidenses se comenzó una iniciativa para reducir la cantidad de bombarderos derribados por el enemigo, pero el blindaje integro no era una solución viable, por su excesivo peso, pero determinaron que lo mejor era blindar sólo las zonas vulnerables.

 

Toma de datos

Para ello los Aliados tomaron nota de  dónde sufrían más daños los aviones que regresaban. La lógica de ello era que con esos datos podrían tomar una decisión de qué partes reforzar del avión y reducir así las bajas.

 

El esquema que resultó de aquel análisis fue lo siguiente: 


Para muchos la conclusión era muy clara, ya que parecía evidente que era reforzar las puntas de las alas, los timones y el centro del avión, que, de acuerdo al esquema, era donde más disparos recibían los aviones.

 

Una visión sin distorsiones

Abraham Wald, un estadístico judío, que vino de Viena escapando de las deportaciones nazuis, y que una vez llegó a Estados Unidos empezó a trabajar para defensa, hizo una observación totalmente opuesta a lo que se pensaba: propuso reforzar la cabina, los motores y la parte trasera del cuerpo. O sea, donde no se tenía registro de los impactos.

 

¿Por qué reforzar esas áreas donde no observaba impacto alguno? La consideración de Wald es lo más lógico, pero a veces cuesta entenderlo, ya que sólo estaban observando los impactos en los aviones que SI regresaban.

 

Era evidente que Wald supuso que los impactos en las zonas señalizadas no eran vitales, ya que aun habiendo recibido impactos, algunos incluso de grandes consideraciones, los aviones conseguían volver a base.

En cambio, era evidente que los aviones que habían sido derribados eran a los que se les impactó en las zonas no marcadas, ya que eran más sensibles a la volabilidad del bombardero.

 

Se trata de un brillante ejemplo sobre de qué manera la generalización a partir de unas observaciones sesgadas puede distorsionar nuestra percepción de la realidad, en este caso hasta el punto de confundir las zonas más vulnerables precisamente con las menos vulnerables. Pero por ejemplo en un sondeo de opinión se suele entrevistar solo una muestra de unas cientos o miles de personas, a partir de la cual se generaliza para toda la población. ¿De qué depende entonces si son legítimas o no las generalizaciones?

 

Ya pasó antes

Un problema similar ocurrió durante la Primera Guerra Mundial, cuando se introdujeron los cascos en los ejércitos de la contienda.

Al inicio de la contienda, la mayoría de los soldados llevaban gorras, por lo que cuando recibía un impacto en la cabeza, había poca probabilidad de sobrevivir. Al recibir el mismo impacto llevando un casco, tenía más posibilidades de sobrevivir.

 

La realidad no era que un soldado recibían menos heridas en la cabeza por llevar casco, sino que tenían más posibilidades de sobrevivir a heridas que de otra forma serían mortales.

 

Conclusión

La realidad es que aun sabiendo que el Sesgo de Supervivencia es un hecho científico real, aun hoy solemos obviarlo y hacer conjeturas sobre los datos distorsionados que recogemos.

En casos de querer mejorar el rendimiento de un avión, un blindado o la supervivencia de un soldado, no debemos partir de los datos que tenemos, sino de los que no tenemos.

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