lunes, 30 de abril de 2012

Primera Batalla de Wittmann en Normandía


Actualmente estoy leyendo el libro Día D. La batalla de Normandía, de Antony Beevor, editorial Crítica, Colección Historia, biblioteca Antony Beevor, el cual comenta históricamente que es lo que pasó realmente durante la invasión de Normandía por los aliados, durante la 2GM. A parte de una gran cantidad de despropósitos constantes, afortunadamente por ambas partes, hay un pasaje, entre las páginas 275 y 282, en la que se relata otra de las proezas del recién llegado del frente del Este del Obersturmfürer Michael Wittmann, que con 5 tigres, consigue detener el avance de la 7ª división de acorazados británicos “Las ratas del desierto” (la famosa batalla por la que los británicos, sólo mencionar su nbombre, temblarían). Pero mejor relatemos lo que pasó.

El General Sir Miles Christopher Dempse[ general en jefe del 2º Ejército Británico], dijo al General Sir George Erskine [jefe de la 7ª División “Ratas del desierto”], que [en vista de que la Panzer-Lehr Division bloquea la ruta de avance hacia Caen], se abriera paso hasta Villers-Bocage mandando delante al 11º de Húsares, un regimiento acorazado de reconocimiento. Pero en vez de hacerlo así, Erskine lo utilizó para que le guardara el flanco. Semejante decisión se revelaría un error gravísimo…
El hecho de que Erskine no mandara un destacamento de reconocimiento por delante, en vez de utilizarlo para guardarle el flanco, dio lugar a una de las emboscadas más catastróficas de la historia del ejército británico. La 22ª Brigada acorazada, capitaneada por su valeroso, aunque excéntrico comandante, el general Loony Hinde, avanzó a través del hueco que había sido identificado. Por la noche, la unidad que iba en cabeza, el 4º Regimiento Country of London Yeomanry (los Sharpshooten), ya había llegado a la carretera de Caumont, apenas al ocho kilómetros de Villers-Bocage. Los Sharpshooters permanecieron al acecho toda la noche en posición de defensa, junto con la compañía del 1º batallón de la rifle Brigade integrada en unidad.


Al amanecer, los Sharpshooters y su infantería bajaron por la carretera hacia su objetivo. Entraron en Villers-Bocage a las 8’00h del 13 de junio, y recibieron de la población local una acogida jubilosa. Los gendarmes del pueblo, luciendo sus uniformes de gala, tuvieron que apartar a la multitud que arrojaba flores a los tanques Cronwell y ofrecían sidra y mantequilla a modo de regalo a los ingleses. En medio de la alegría del momento, la toma de aquella estratégica localidad parecía demasiado fácil. Villers-Bocage, que dominaba el valle del Seulles y está apenas a dos kilómetros del río Odon, era una posición clave. A menos de veinte kilómetros al Sur estaba el Mont Pinçon, la cumbre más elevada de toda la región, mientras que Caen se encuentra a doce kilómetros al Este.
La única presencia enemiga que había sido detectada poco antes de que los ingleses entrarán en el pueblo había sido un carro alemán de ocho ruedas, pero había desaparecido antes de que el Cromwell más próximo pudiera girar su torreta. El general Hinde, que iba en un vehículo de reconocimiento sabía que para retener la localidad de manera  segura era preciso ocupar la altura situada a noroeste, denominada Colina213. El oficial al mando de los Sharpshooters, el teniente coronel Vizconde Cranley, quiso llevar a cabo un reconocimiento exhaustivo de la zona, pues habían sido avistados otros carros armados alemanes, pero Looney Hinde no estaba dispuesto a aceptar más retrasos. Así pues, la unidad de reconocimiento de tanques ligeros Stuart no fuer utilizada. Cranley envió por delante simplemente al Escuadrón A (el equivalente a una compañía) y, dejando en el pueblo al resto de tanques, salió en un vehículo de reconocimiento a echar personalmente un vistazo a la Colina 213.
En el bosquecillo próximo a la carretea por la que subían los Cromwell, estaban escondidos cinco Tiger del 110º Batallón de Tanques Pesados de la SS. Acababan de llegar al frente proveniente de Beauvais, al norte de París. El oficial que los comandaba era el Obersturmfürer Michael Wittmann, famoso ya como “As de los Blindados”. Se le atribuían 137 tanques “cazados” en el frente oriental, y había recibido la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro con Hojas de Roble. Furioso por el bombardeo de las ciudades alemanas por los aliados, Wittmann había dicho a sus hombres: “Tenemos sólo un santo y seña: ¡Venganza!”.


Los Tigres de Wittmann eran los primeros refuerzos enviados para rellenar el hueco existente en la línea alemana. Los primeros elementos de la 2ª división Acorazada llegarían a la zona ese mismo día. De hecho, el 11º Regimiento de Húsares que cubría el flanco de la 22ª Brigada acorazada identificó su llegada a través del primer integrante del grupo en ser capturado. Un sargento y un soldado del 11º Regimiento estaban acechando a un francotirador cuando de pronto se vieron rodeados por una compañía de granaderos acorazados en semiorugas. Fueron conducidos a pie hacia la retaguardia, pero cuando nadie los veía, saltaron sobre su guardián, le quitaron el fusil y lo hicieron prisionero a su vez. La identificación del individuo en cuestión puso de manifiesto que pertenecía al 304º Regimiento de Granaderos Acorazados. Aunque Ultra [el Servicio de Inteligencia Británico] había advertido ya que la 2ª División Acorazada se acercaba, parece que esta prueba de su presencia en el flanco sur resultó una desagradable sorpresa para el General Erskine.

Al ver que el escuadrón de tanques Cromwell se detenía en aquel tramo de la carretera rodeado de empinados setos, Wittmann supo ver de inmediato la oportunidad. Algunos de los Sharpshooters que tripulaban los tanques habían bajado imprudentemente de ellos. Parece que este hecho llevó al artillero de Wittman que estaba observando la escena por el visor a comentar que los ingleses se comportaban como si ya hubieran ganado la guerra. Sin aguardar a que se le unieran los demás Tiger, Wittmann salió del bosque, se lanzó a toda velocidad en paralelo a la carretera, y abrió fuego. El cañón de 88mm de su Tiger destruyó un Cromwell tras otro. Los tanques Cromwell, mal diseñados, mal blindados y provistos de una artillería insuficiente, no tuvieron la menos oportunidad. Les costó trabajo incluso escapar del peligro retrocediendo, pues marcha atrás su velocidad era apenas de cuatro kilómetros por hora.

Tras sembrar el desconcierto entre el Escuadrón A que estaba en lo alto de la colina, el Tiger de Wittmann entró pesadamente en la población de Villers-Bocage. Apastó a un vehículo de transporte ligero armado con fusil ametrallador de la Rifle Brigade y empezó a bajar por la calle mayor. Se ocupó en primer lugar de los tanques del cuartel general de los Sahrpshooters, y luego se lanzó contra el Escuadrón B. 
Los tripulantes de muchos tanques habían bajado de sus vehículos y fueron incapaces de responder al ataque. Pero incluso los que lograron disparar directamente contra el Tiger comprobaron que su cañón de 75mm, de baja velocidad de salida, resultaba muy poco eficaz. Witmann regresó entonces a la Colina 213 para acabar el combate con el Escuadrón A y el destacamento de la Rifle Brigade.


Aquella tarde, Wittmann volvió a Villers-Bocage con los primeros elementos de la 2ª División Acorazada que llegaron a la zona. Esta vez los Sharpshooters y los cañones antitanque de la Rifle Brigade estaban preparados y el ataque fue repelido. Pero el General Erskine, que no había enviado apoyo suficiente por delante, le preocupaba ahora la amenaza que representaba la 2ª División Acorazada por suflanco sur excesivamente grande. En vez de reforzarla, decidió retirar a la 22ª Brigada acorazada de la precaria posición que ocupaba. Cuando aquella tarde salió de la población, la artillería británica lanzó una espesa cortina de fuego para cubrir la retirada. Pero los tripulantes de muchos de los tanques que habían sido puestos fuera de combate tuvieron que escapar a campo través y volver a las líneas británicas a pie…


Aunque realmente, los antitanques británicos que repelieron este segundo ataque, consiguieron inmovilizar al Tiger de Wittmann, el cual él y toda su tripulación tuvo que regresar a pie hasta el cuartel general de la 2ª División.


Saludos.
Burt.

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