A partir de ahora, iré
colocando artículos de interés sobre tácticas de combates históricas.
Y como no
empezar por el Blitzkrieg.
La Blitzkrieg (en alemán,
literalmente guerra relámpago) es un nombre popular
para una táctica militar de ataque que implica un bombardeo inicial, seguido
del uso de fuerzas móviles atacando con velocidad y sorpresa para impedir que
un enemigo pueda llevar a cabo una defensa coherente. Los principios básicos de
estos tipos de operaciones se desarrollaron en el siglo XIX por varias
naciones, y se adaptaron años después de la Primera Guerra Mundial,
principalmente por la Wehrmacht, para incorporar armas y vehículos modernos
como un método para evitar la guerra de trincheras y la guerra linear en futuros
conflictos.
Primeros
usos
Los primeros usos prácticos
de estos conceptos junto con la tecnología moderna fueron establecidos por la
Wehrmacht alemana en las batallas iniciales de la Segunda Guerra Mundial.
Mientras que las operaciones en Polonia fueron bastante convencionales, las
siguientes batallas (particularmente las invasiones de Francia, los Países
Bajos y las primeras operaciones en la Unión Soviética) fueron efectivas debido
a las penetraciones por sorpresa, la falta de preparación general del enemigo y
la incapacidad de reaccionar rápidamente a las ofensivas alemanas. La victoria
del ejército alemán frente a un enemigo técnicamente superior y más numeroso en
Francia llevo a muchos analistas a creer que se había inventado un nuevo
sistema de guerra.
La definición
generalmente aceptada de las operaciones en forma de Blitzkrieg incluye el uso
de maniobras en lugar de desgaste para derrotar a un oponente, y traza
operaciones utilizando la concentración de fuerzas combinadas de recursos móviles
en un punto central, los blindados apoyados estrechamente por activos de infantería
móvil, artillería y apoyo aéreo. Estas tácticas necesitaban el desarrollo de vehículos
de apoyo especializados, nuevos métodos de comunicación, nuevas tácticas
militares y una descentralización efectiva de la estructura de mandos.
En términos generales,
la Blitzkrieg necesitaba la formación de la infantería mecanizada, la artillería
autopropulsada y cuerpos de ingenieros que pudiesen mantener en buenas
condiciones el equipo y la movilidad de los tanques. Las fuerzas alemanas
evitaban el combate directo con el fin de interrumpir las comunicaciones, la
toma de decisiones, la logística y reducir el estado de ánimo del enemigo. En
el combate, la Blitzkrieg dejaba poca elección a las fuerzas defensoras lentas más
allá de romperse en bolsas aisladas, que eran rodeadas y posteriormente
destruidas por la infantería alemana.
Etimología
y significado moderno
Blitzkrieg
es una palabra alemana que literalmente se puede traducir como "guerra
relámpago", significando "una guerra tan rápida como un relámpago".
La palabra no entro en la terminología oficial de la Wehrmacht (el Ejercito alemán
de la época de 1921 a 1945) ni antes ni durante la guerra, aunque fue utilizada
por la publicación militar "Deutsche Wehr" en 1935, en el contexto de
un artículo que exponía como Estados con insuficiente comida y materias primas podían
ganar una guerra. Blitzkrieg apareció de nuevo en 1938 en el
"Militar-Wochenblatt", donde se definió como un "ataque estratégico"
llevado a cabo por el empleo de tanques, fuerzas aéreas y fuerzas
aerotransportadas. En el libro Blitzkrieg
Legende de Karl-Heinz Frieser, que investigo el origen del término y encontró los
ejemplos antes mencionados, señala que el uso de la palabra antes de la guerra
era raro y que prácticamente nunca entro en la terminología oficial durante la
guerra.[1]
“En el mundo anglosajón
se hizo popular el termino por un periodista de la revista estadounidense Time,
al describir la invasión de Polonia en 1939. Publicado el 25 de septiembre de
1939, cuando la campana ya estaba desarrollada, el relato del periodista
menciona:
El frente de batalla se
ha perdido, y con él la ilusión que siempre había existido en un frente de
batalla. En esta no hubo una guerra de ocupación, sino una guerra de penetración
rápida y anulación —Blitzkrieg, guerra relámpago. Las rápidas columnas de tanques y camiones
blindados se han sumergido dentro de Polonia mientras las bombas llovían desde
el cielo anunciando su llegada. Han cortado las comunicaciones, destruido los
animales, dispersado la población, extendido el terror. Actuando algunas veces
a 50 km por delante de la infantería y la artillería, han acabado con las
defensas polacas antes de que tuviesen tiempo de organizarse. Luego, mientras
la infantería limpiaba, se movieron, para atacar de nuevo muy detrás de lo que
se conocía como frente.”[2]
Los historiadores han
definido la Blitzkrieg como el empleo de conceptos de maniobras y guerra de
fuerzas combinadas desarrollada en Alemania durante el periodo de entreguerras
y la II Guerra Mundial. Desde el punto de vista estratégico, la idea era
efectuar un derrumbamiento rápido del adversario con una campana corta librada
por un ejército pequeño y profesional. Desde el punto de vista operacional, su
meta se conseguía por medios indirectos, tales como la movilidad y el impacto,
dejando los planes del adversario impracticables o irrelevantes. Para alcanzar
esto, se combinaron las fuerzas de formaciones de tanques, infantería motorizada,
ingenieros, artillería y cazabombarderos.
El significado de
Blitzkrieg ha sido ampliado para usos más populares. De su significado
original, Blitzkrieg ha sido utilizado para hacer referencia a cualquier operación
militar que enfatiza la sorpresa, velocidad o concentración. Durante la guerra,
los bombardeos a la ciudad de Londres de la Luftwaffe se conocieron como Blitz.
Existe también una modalidad de juego de ajedrez rápido o relámpago.
Periodo
de entreguerras
Reichswehr
El inminente desarrollo
de la Blitzkrieg comenzó con la derrota alemana en la I Guerra Mundial. Poco después
del conflicto, la Reichswehr creo comités de oficiales veteranos para evaluar
57 cuestiones de la guerra.[3] Los informes de estos comités
dieron forma a publicaciones de doctrinas y entrenamientos que serian estándares
en la II Guerra Mundial. La Reichswehr estaba influida por su análisis del
pensamiento militar alemán de la preguerra, en particular de sus tácticas de infiltración
y la guerra de maniobras que domino el Frente Oriental.
La historia militar
alemana estaba muy influida por Carl von Clausewitz, Alfred Graf von Schlieffen
y Helmuth von Moltke, que eran partidarios de la maniobra, la masa y la
envoltura. Sus conceptos fueron aplicados con éxito en la Guerra Franco-prusiana
y en el intento del Plan Schlieffen. Durante la guerra, estos conceptos fueron
modificados por la Reichswehr. Su jefe de Estado Mayor, Hans von Seeckt, se
alejo de la doctrina argumentando que se centraba demasiado en el envolvimiento
basado en la velocidad. La velocidad daba sorpresa, y esta permitía su explotación
si las decisiones se tomaban rápidamente y la movilidad daba flexibilidad y
velocidad. Von Seeckt abogo por efectuar roturas contra el centro del enemigo
cuando era más rentable que los envolvimientos, o donde las envolturas no eran
practicas.
Bajo el mando de von
Seeckt, la actualización moderna del sistema doctrinal recibió el nombre de Bewegungskrieg
(guerra de movimiento) y su sistema de tácticas denominado Auftragstaktik
(Misión-tipo táctica) fue desarrollado dando lugar al conocido efecto
Blitzkrieg. Además, rechazo la noción de masa que habían defendido von
Schlieffen y von Moltke.
Mientras que las
reservas ocupaban cuatro decimas partes de las fuerzas alemanas en las campanas
de la preguerra, von Seeckt busco la creación de una fuerza militar de
voluntarios pequeña y profesional apoyada por una milicia defensiva. En la
guerra moderna, sostenía que una fuerza pequeña era más capaz de la acción
ofensiva, más rápida de estar preparada y menos cara de equipar con armas
modernas. La Reichswehr estaba forzada a adoptar un pequeño ejército
profesional debido a las condiciones del Tratado de Versalles que limitaba a
una cantidad de cien mil soldados.
La Bewegungskrieg
necesitaba una nueva jerarquía de mando que permitiese que las decisiones
militares fueran tomadas lo más próximas al nivel de la unidad militar. Esto permitía
a las unidades reaccionar y hacer efectivas las decisiones más rápidamente, que
era una ventaja crítica y una de las razones principales para el éxito de la
Blitzkrieg.
El liderazgo alemán también
había sido criticado por no comprender los avances tecnológicos de la I Guerra
Mundial, dejando la producción de tanques como una prioridad mínima y no
realizando estudios de la ametralladora antes de la guerra.[3] Como
respuesta, los oficiales alemanes asistieron a escuelas técnicas durante el
periodo de reconstrucción tras la guerra.
Las tácticas de infiltración,
creadas por el ejército alemán durante la I Guerra Mundial, se convirtieron en
la base de las tácticas posteriores. La infantería alemana había evolucionado a
pequeños grupos descentralizados, que evitaban la resistencia a favor de
alcanzar los puntos débiles y atacar las comunicaciones de retaguardia. Se
ayudaba de artillería coordinada y bombardeos aéreos, y seguidos por fuerzas
terrestres mayores con armas pesadas que destruían los puntos de resistencia.
Estos conceptos formaron la base de las tácticas de la Wehrmacht durante la II
Guerra Mundial.
En el frente oriental
de la guerra no se estanco en una guerra de trincheras. Los ejércitos alemanes
y rusos combatieron en una guerra de maniobras sobre miles de kilómetros, dando
a los lideres alemanes la experiencia única que el frente occidental no tenia.[3] Los estudios
de las operaciones en el Este llevaron a la conclusión de que pequeñas fuerzas
coordinadas poseían mas capacidad de combate que grandes fuerzas
descoordinadas.
Influencia
extranjera
Charles de Gaulle
publico L'armée de metier, donde expuso sus
teorías sobre el ejército moderno y el uso masivo de aviación y vehículos
blindados.
Durante este periodo,
los combatientes principales de la guerra desarrollaron teorías propias sobre
las fuerzas mecanizadas, siendo las de los aliados occidentales sustancialmente
distintas de las del Reichswehr. Las doctrinas británicas, francesas y
estadounidenses al principio de la guerra planteaban un papel de los carros blindados
reducido a la función de meros apoyos a fuerzas de infantería y supeditados a
las mismas, con escaso enfoque en grupos combinados y la concentración de
fuerzas blindadas. Eso influyo de forma decisiva en el diseño de los modelos de
carro aliados en servicio: lentos y pesados, con fuerte blindaje y un armamento
pensado para el fuego de apoyo. Los alemanes tendrían, por el contrario, menor
blindaje y potencia de fuego a
cambio de una velocidad
y maniobrabilidad mucho mayores, por lo menos en las fases iniciales de la
guerra y hasta la aparición de los modelos de panzer mas pesados.
Las primeras
publicaciones del Reichswehr contenían muchos artículos traducidos procedentes
de los países aliados, aunque cuanto mas diferían las líneas doctrinales, menos
interés recibía por parte del Estado Mayor alemán. Los avances técnicos de los
países extranjeros fueron, sin embargo, vigilados y utilizados en parte por la
Oficina de Armamento. En general, las doctrinas externas tuvieron poca
influencia,[4] con tres posibles excepciones: el francés Charles de Gaulle y los
británicos J.F.C. Fuller y Basil Liddell Hart.
De Gaulle, que por
entonces era coronel en el ejército francés, era un conocido defensor de la
concentración de blindados y aviones, opinión menospreciada por su alto mando,
pero que algunos afirman que influencio a Heinz Guderian. En 1934 De Gaulle
había escrito en su libro L'armée de metier unas teorías
donde defendía el uso combinado de tanques e infantería, en colaboración con la
aviación. Los mandos superiores del ejército francés rechazaron tales ideas,
pero muchos extractos del texto de De Gaulle fueron citados literalmente como
teoría útil para los manuales militares alemanes de esa época.[5]
Fuller y Liddell Hart
han sido asociados con el desarrollo de la Blitzkrieg por el mismo Guderian en
su libro de memorias. A propuesta de ambos, la Oficina de Guerra británica
permitió una Fuerza Mecanizada Experimental, formada el 1 de mayo de 1927, que
estaba completamente motorizada e incluía artillería autopropulsada e
ingenieros motorizados. Sus artículos con las conclusiones extraídas tuvieron
una amplia difusión en Alemania, e incluso fue el propio Guderian el encargado
de traducirlos. Ambos autores eran ampliamente conocidos por el cuerpo de
oficiales alemán anterior al rearme (Erwin Rommel, por ejemplo, tenía en su
casa ejemplares originales y algunas de las traducciones de Guderian[6] ). Sin
embargo, los aliados (y especialmente Gran Bretaña) descartaron esos estudios
iniciales y adoptaron completamente la doctrina del carro como apoyo de la
infantería.
De lo que no hay duda,
por tanto, es que fueron Guderian y otros generales alemanes los primeros en
diseñar y poner en práctica esta doctrina en una amplia y exitosa gama de
escenarios durante la guerra. Desde los cruces de ríos por las primeras fuerzas
combinadas y la explotación de la penetración durante el avance en Francia en
1940 a los masivos avances envolventes en Rusia en 1942, el ejército alemán
mostro una maestría e innovación que les permitió superar su inferioridad
numérica y material. En gran parte se debe a la decidida labor de Guderian como
impulsor incansable del arma acorazada; su liderazgo fue apoyado y fomentado
por el Estado Mayor del Reichswehr, promoviendo tanto el diseño del arma como
la mejora en su uso a través de juegos de guerra durante los años 1930.
Por otra parte, el
Reichswehr y el Ejército Rojo colaboraron en ejercicios militares y pruebas en
Kazan y Lipetsk a comienzos de 1926. Durante este periodo, el Ejército Rojo
estaba desarrollando la teoría de Operaciones de
Profundidad, que guiarían la doctrina del Ejército Rojo durante la II Guerra Mundial.
Situados dentro de la Unión Soviética, estos dos centros fueron usados para
pruebas de la aviación y vehículos blindados hasta un nivel de batallón, así
como para hospedar escuelas de blindados y aéreas. Estas pruebas iniciales se
realizaron en secreto en territorio de la Unión Soviética como parte de un
programa de intercambio mediante el cual los alemanes pretendían evitar las
imposiciones del Tratado de Versalles en materia de investigación bélica. Pese
a ello, la Gran Purga lanzada por Stalin en 1935 significo que muchos jefes
militares soviéticos defensores de la "guerra en profundidad" fueran
arrestados y luego fusilados, con la consecuente prohibición gubernamental de
seguir estudiando conceptos bélicos cuyos autores habían perdido el favor del régimen.[7] Irónicamente,
serian precisamente los soviéticos los que mas sufrirían la maestría técnica
conseguida por las fuerzas alemanas gracias a esta colaboración inicial
encubierta.
Guderian
en la Wehrmacht
Siguiendo las reformas
militares de Alemania en los años 1920, Heinz Guderian apareció como un fuerte
proponente de las fuerzas mecanizadas. Dentro del Inspectorado de Transporte de
Tropas, Guderian y sus colegas realizan trabajos teóricos y de ejercicio en el
campo. Había una oposición por muchos oficiales que daban primicia a la
infantería o simplemente dudaban de la utilidad del tanque. Junto a ellos
estaba el Jefe del Estado Mayor Ludwig Beck (1935-1938), que era escéptico que
las fuerzas blindadas pudieses ser decisivas. No obstante, las divisiones
Panzer fueron establecidas durante su periodo.
Guderian defendió que
el tanque era el arma decisiva de la guerra. Afirmo en uno de sus escritos que
"si los tanques tienen éxito, entonces se consigue la victoria". En
un artículo dirigido a los críticos de la guerra blindada, Guderian escribió
"hasta que nuestros críticos puedan aportar un nuevo y mejor método para
realizar un ataque terrestre con éxito distinta de una matanza propia,
continuaremos manteniendo nuestras creencias en los tanques –empleados apropiadamente,
no hace falta decirlo- son ahora el mejor medio disponible para un ataque por
tierra."
Tratando sobre el ritmo
mayor en el que los defensores reforzarían una zona que los atacantes
penetrarían durante la I Guerra Mundial, Guderian escribió que "ya que las
fuerzas de reserva estarán ahora motorizadas, la creación de nuevos frentes
defensivos es mas fácil de lo que solía ser; las posibilidades de una ofensiva
basadas en la cooperación de la artillería e infantería son, consecuentemente,
más sencillas de lo que fueron en la última guerra." Continuo con que
"creemos que atacando con tanques podemos alcanzar un índice de movimiento
mayor que el posible hasta ahora, y -lo que es quizás incluso más importante-
podemos mantenerlo una vez que se realice una brecha en el frente."[8] Además,
Guderian solicito que las radios fuesen utilizadas ampliamente para facilitar
la coordinación y mando.
Las Panzertruppe y
la Luftwaffe
La Blitzkrieg no sería
posible sin la modificación del ejército permanente de Alemania, que estaba
limitado por el Tratado de Versalles a 100.000 hombres, su fuerza aérea
disuelta y el desarrollo del tanque prohibido. Tras convertirse en jefe de
estado, Adolf Hitler ignoro estas obligaciones.
Se creó un mando de
tropas blindadas dentro del Heer (Ejercito)
alemán, las Panzertruppe. La Luftwaffe, o Fuerza Aérea, fue restablecida, y
comenzó el desarrollo de cazabombarderos y doctrinas. Hitler era un fuerte
partidario de esta nueva estrategia. Leyó el libro de Guderian Achtung!
Panzer! y observo los ejercicios de campo de los blindados en Kummersdorf, donde
comento "Esto es lo que quiero: y esto es lo que tendré."[9]
La
Guerra Civil Española
Los voluntarios
alemanes utilizaron por primera vez los blindados en campos de batalla reales
durante la Guerra Civil Española de 1936. Los cuerpos blindados consistían en
el Batallón 88, una fuerza creada con tres compañías de tanques Panzer I que
funcionaron como cuadro de entrenamiento para los nacionales. La Luftwaffe
desplego escuadrones de cazas, bombarderos en picado y transportes bajo el
nombre de la Legión Cóndor.[7]
Guderian dijo que el
despliegue de tanques fue "en una escala demasiado pequeña para permitir
realizar valoraciones exactas."[7] La verdadera
prueba para su "idea blindada" debería esperar hasta la II Guerra
Mundial. Sin embargo, la Fuerza Aérea alemana también proporciono voluntarios
para probar tácticas y aviones en combate, incluyendo el primer uso del Stuka.
Método
de maniobras
Schwerpunkt
Entrada principal al
fuerte Eben Emael, en Bélgica.
La Blitzkrieg siempre
perseguía acciones decisivas. Con este fin, se desarrollo la teoría del Schwerpunkt
o punto focal: se trataba del punto de máximo esfuerzo. Las fuerzas Panzer
y la Luftwaffe eran utilizadas únicamente en este punto de máximo esfuerzo
siempre que fuera posible. Mediante el éxito local en el Schwerpunkt, una
pequeña fuerza lograba
una rotura de la línea y conseguía ventajas al luchar en la retaguardia del
enemigo. Fue resumido por Guderian como “Nicht kleckern, klotzen!” (!Sin hacer
cosquillas, golpeando!).
Para conseguir una
rotura del frente, la infantería, y con menor frecuencia, las propias fuerzas
blindadas, atacarían la línea defensiva del enemigo, apoyada por fuego de
artillería y bombardeos para crear una brecha en la línea enemiga por la que
pasaría la totalidad de las fuerzas mecanizadas. La fuerza atacante abre los
flancos para aumentar la seguridad con la distancia. Este momento de la rotura
ha sido etiquetado de "bisagra", porque las fuerzas mecanizadas maniobraban
hacia el interior y creaban un efecto de palanca contra las fuerzas defensoras.
En esto, la fase
inicial de la operación, las fuerzas aéreas intentaban ganar la superioridad
aérea sobre las fuerzas enemigas atacando los aviones situados en tierra,
bombardeando sus aeródromos e intentando destruirlos en combates aéreos.
Un último elemento era
el uso de fuerzas aerotransportadas mas allá de las líneas enemigas para
interrumpir las actividades enemigas y tomar posiciones importantes, como
ocurrió en Eben Emael.
Parálisis
Alcanzando una rotura
hacia las zonas de retaguardia del enemigo, las fuerzas alemanas intentaban
paralizar el proceso de toma de decisiones y de puesta en práctica del enemigo.
Moviéndose mas rápido que las fuerzas enemigas, las fuerzas mecanizadas
explotaban esta debilidad y actuaban antes de que las fuerzas contrarias
pudiesen tener una respuesta. Guderian escribió que “el éxito debe ser
explotado sin respiro y con cada pizca de fuerza disponible, incluso de noche.
El enemigo derrotado no debe estar tranquilo.”
Un punto principal para
esto era el ciclo de decisiones. Cada decisión tomada por los alemanes o las
fuerzas enemigas necesitaba de tiempo para recopilar la información, tomar una
decisión, repartir las ordenes entre los subordinados, y luego poner en
práctica la decisión a través de la acción. Gracias a la movilidad superior y
los ciclos más rápidos de toma de decisiones, las fuerzas mecanizadas podían
realizar acciones en una situación antes que las fuerzas oponentes.
El control directo (Auftragstaktik) fue un
método de mando rápido y flexible. En lugar de recibir una orden explicita, un
comandante seria informado de la intención de su superior y el papel que
tendría su unidad dentro de ese concepto. El método exacto de ejecución seria
entonces un asunto que el comandante determinaría como mejor se ajustase a la
situación. La carga del personal se reducía a repartir y extender junto con las
órdenes más información sobre su propia situación. Además, fomentar la
iniciativa a todos los niveles ayudaba a su puesta en práctica.
Consecuentemente, las decisiones importantes podían ser ejecutadas rápidamente
bien de forma verbal, bien con órdenes escritas de poca longitud.
Kesselschlacht
La fase final de una
operación se denominada Kesselschlacht o batalla
de la caldera. Consistía en un ataque concéntrico a una fuerza cercada. Era donde se
infligía la mayor parte de las pérdidas al enemigo, sobre todo con la captura
de prisioneros y armamento.
Operaciones
históricas
Polonia,
1939
A pesar de que el
término Blitzkrieg fue acunado durante la
invasión a Polonia de 1939, los historiadores mantienen generalmente que las
operaciones alemanas fueron más coherentes con métodos más tradicionales. La
estrategia de la Wehrmacht estaba más en línea con el Vernichtungsgedanke, centrarse
en envolvimientos para crear bolsas. Las fuerzas Panzer fueron desplegadas
repartidas entre las tres concentraciones alemanas sin un fuerte énfasis en su
uso independiente, siendo usadas para crear o destruir bolsas de fuerzas
polacas y capturar puntos estratégicos para apoyar a la infantería a pie que le
seguía.
La Luftwaffe gano la
superioridad aérea con una combinación de tecnología superior y cantidad. Se
afirma erróneamente que la Fuerza Aérea Polaca fue destruida al inicio de la
campana mientras estaba en tierra. Los aviones polacos fueron trasladados a
aeródromos ocultos aproximadamente 48 horas después del comienzo de las
hostilidades.
La comprensión de las
operaciones en Polonia han cambiado considerablemente desde la II Guerra
Mundial. Muchas de las primeras crónicas de la posguerra atribuían
incorrectamente la victoria alemana a ≪un desarrollo enorme en la técnica militar
que ocurrió entre 1918 y 1940≫, citando incorrectamente que ≪Alemania, que tradujo teorías a la
practica... llamando al resultado Blitzkrieg.≫[10] Historias más
recientes identifican las operaciones alemanas en Polonia como relativamente
cautelosas y tradicionales. Matthew Cooper escribió:
“Durante toda la
campana polaca, el empleo de las unidades mecanizadas revelo la idea de que
serian utilizados solamente para facilitar el avance y apoyar las actividades
de la infantería... Así, cualquier explotación estratégica de la idea blindada
estaba muerta. La parálisis del mando y la rotura del estado de ánimo no fueron
el propósito final de las... fuerzas de tierra y aire alemanas, y solo fueron
productos derivados secundarios de las maniobras tradicionales del
envolvimiento rápido y de las actividades de apoyo de la artillería volante de
la Luftwaffe, teniendo ambos como intención la destrucción física del enemigo.
Así fue el Vernichtungsgedanke de la campana polaca.”[11]
Cooper llego a decir
que el uso de los tanques “dejo mucho que desear... El miedo de la acción
enemiga contra los flancos del avance, el miedo que fue comprobado tan
desastroso a las posibilidades alemanas en el frente occidental en 1940 y en la
Unión Soviética en 1941, estaba presente desde el principio de la guerra.”[11] John Ellis
afirmo que “hay una considerable justicia en la afirmación de Matthew Cooper
que las divisiones Panzer no tuvieron el tipo de misión estratégica que era
característico en la autentica Blitzkrieg de blindados, y que estaban
subordinadas casi siempre a varios ejércitos de infantería.”[12]
De hecho, “mientras que
los informes occidentales de la campana polaca hacían hincapié en el poder de
choque de los tanques y los ataques de los Stuka, tendían a subestimar el
efecto castigador de la artillería alemana en las unidades polacas. Móvil y
disponible en cantidades significativas, la artillería destruyo tantas unidades
como las otras ramas de la Wehrmacht.”[13]
Francia,
1940
La invasión de Francia
consto de dos fases: el Plan Amarillo (Fall Gelb) y el Plan
Rojo (Fall Rot). Fall Gelb comenzó
con una finta dirigida contra los Países Bajos y Bélgica con dos cuerpos
blindados y paracaidistas. Tres días mas tarde el Panzergruppe
von Kleist ataco a través de las Ardenas y consiguió una rotura del frente con el
apoyo aéreo. El grupo se movió rápidamente por la costa del Canal de la Mancha,
copando a la Fuerza Expedicionaria Británica (British
Expeditionary Force, BEF), el Ejercito Belga y algunas divisiones del Ejercito Francés.
Las unidades
motorizadas avanzaron inicialmente mucho mas lejos que las divisiones que les
seguían. Cuando las fuerzas mecanizadas alemanas se encontraron con el
contraataque en la Batalla de Arras, los tanques pesados británicos crearon un
breve pánico en el Alto Mando alemán. Más tarde, las fuerzas motorizadas fueron
detenidas a las puertas de la ciudad portuaria de Dunkerque, que estaba siendo
utilizada para evacuar las fuerzas aliadas. Hermann Goring había prometido que
su Luftwaffe terminaría el trabajo pero las operaciones aéreas no detuvieron la
evacuación de la mayoría de las tropas aliadas,[14] unos 300.000
franceses y británicos, en una operación llamada Dynamo.
El Plan Rojo comenzó
con el XV Cuerpo Panzer atacando hacia Brest y el XIV Cuerpo Panzer atacando el
sureste de Paris, hacia Lyon y el XIX Cuerpo Panzer completando el
envolvimiento de la Línea Maginot. Las fuerzas
defensoras estaban
demasiado presionadas como para organizar cualquier tipo de contraataque. Se
ordeno continuamente a las fuerzas francesas formar nuevas líneas de defensa
junto a los ríos, encontrándose a menudo que las fuerzas alemanas ya habían
pasado.
Frente
Oriental, 1941-45
Avance alemán desde el
22 de junio hasta el 5 de diciembre de 1941.
La utilización de
fuerzas blindadas fue crucial para ambas partes del Frente Oriental. La
Operación Barbarroja, la invasión alemana de la Unión Soviética en 1941,
implico una cantidad de roturas de frentes y envolvimientos por parte de
fuerzas motorizadas. Su objetivo era "destruir las fuerzas rusas
desplegadas en el Oeste y evitar su huida hacia los espacios abiertos de
Rusia."[15] Esto se consiguió con cuatros Ejércitos Panzer que cercaron a las
sorprendidas y desorganizadas fuerzas soviéticas, seguidos por la infantería a
pie que completaba los envolvimientos y derrotaba las fuerzas atrapadas. El
primer año de la ofensiva en el Frente Oriental puede ser considerada como la
ultima Blitzkrieg importante con éxito.
Tras no haber
conseguido destruir a los soviéticos antes del invierno de 1941, los límites de
la superioridad táctica alemana llegaron a ser evidentes. Aunque la invasión
alemana conquisto con éxito extensas zonas del territorio soviético, los
efectos estratégicos generales fueron más limitados. El Ejército Rojo pudo
reagruparse más allá de la línea principal de batalla, y finalmente derrotar a
las fuerzas alemanas por primera vez en la Batalla de Moscú. A ello se unió que
las tácticas alemanas se dificultaban por el clima y debido a que el frente de
combate se alejaba cada vez más de los centros industriales de Alemania y tal
rasgo no había sido adecuadamente previsto.
En el verano de 1942,
cuando Alemania lanzo otra ofensiva contra el sur de la Unión Soviética sobre
Stalingrado y el Cáucaso, los soviéticos perdieron una cantidad importante de
territorio, solo contraatacando una vez más durante el invierno. Los triunfos
alemanes fueron limitados por el desvío por parte de Hitler de fuerzas para el
ataque de Stalingrado e intentar alcanzar los campos petrolíferos del Cáucaso
simultáneamente en lugar de seguidamente como se había considerado en el plan
original. El frente estaba más sobreextendido que nunca y ello dificultaba el
abastecimiento. El Ejército Rojo, por su parte, poseía una vastísima
retaguardia que le permitía planificar maniobras y movimientos que no pudieron
intentar franceses o polacos contra la Wehrmacht.
Frente
Occidental, 1944-45
Progreso de la línea
del frente en la Batalla de las Ardenas.
Con el transcurso de la
guerra, los ejércitos aliados empezaron a utilizar formaciones de fuerzas
combinadas y estrategias de penetración en profundidad que Alemania había
intentado usar en los primeros años de la guerra. Muchas operaciones aliadas en
el desierto occidental y en el Frente Oriental confiaron en las concentraciones
masivas de potencia de fuego para obtener roturas del frente por unidades
blindadas móviles. Estas tácticas basadas en la artillería fueron también
decisivas en las operaciones del Frente Occidental tras la Operación Overlord y
tanto los ejércitos de la Commonwealth como de Estados Unidos desarrollaron
sistemas flexibles y fuertes utilizando apoyo de artillería.
Tras los desembarcos
aliados de Normandía, Alemania hizo intentos de aplastar la fuerza del desembarque
con ataques de blindados pero no logro su objetivo por falta de coordinación y
la superioridad aérea aliada. La tentativa más significativa del uso de
operaciones en profundidad en Normandía fue en Mortain, que acabo con la
creación de la Bolsa de Falaise y la destrucción final de las fuerzas alemanas
de Normandía. El contraataque de Mortain fue lanzado contra las fuerzas aliadas
que actuaron en la Operación Cobra, el XII Grupo de Ejércitos de Estados
Unidos. El VII Ejercito alemán ataco hacia las costas de Saint-Lo, intentando
cortar el III Ejercito de Estados Unidos, comandado por George S. Patton en la
Operación Luttich. No pudo alcanzar la rotura de la línea contra la infantería
defensora y, atascada, fue cercada y destruida por el XII Grupo de Ejércitos.
La ofensiva aliada en
el centro de Francia, encabezada por las unidades blindadas del III Ejercito de
Patton, utilizo técnicas de rotura y penetración que eran esencialmente
idénticas a la "idea de blindados" de la preguerra de Guderian. Patton
reconoció que había leído a Guderian y a Rommel antes de la guerra, y sus
tácticas compartían sus ideas de velocidad y ataque.
La última ofensiva
alemana en el Frente Occidental, la Batalla de las Ardenas, denominada
Operación Wacht Am Rhein por los alemanes, fue
una ofensiva lanzada hacia el puerto vital de Amberes en diciembre de 1944.
Lanzada con mal tiempo atmosférico contra un sector débil aliado, fue una
sorpresa y un éxito inicial mientras las fuerzas aéreas aliadas estuvieron
bloqueadas por la nubosidad. Sin embargo, las bolsas defensivas en lugares
claves a través de las Ardenas, la escasez de carreteras útiles y un mal plan
logístico provocaron retrasos a los alemanes. Las fuerzas aliadas desplegadas
en los flancos de la penetración alemana y la aviación aliada pudieron atacar
de nuevo a las columnas blindadas. Mientras que la estrategia había sido
solida, la capacidad de las tropas alemanas se había reducido hasta el punto de
no poder explotar los beneficios iniciales.
Contramedidas
y limitaciones
El
entorno
Los conceptos asociados
con la denominación de Blitzkrieg, penetraciones en profundidad por blindados,
grandes envolvimientos y ataques de fuerzas combinadas, tenían una dependencia
importante con el terreno y las condiciones meteorológicas. Donde no había la
capacidad para el movimiento rápido, las penetraciones de blindados fueron
evitadas a menudo o resultaron un fracaso.
El terreno debía ser
idealmente plano, firme, sin obstáculos naturales o fortificaciones e
intercalado de carreteras y vías de ferrocarril. Si en su lugar era
accidentado, arbolado, con pantanos o zonas urbanas, los blindados serian
vulnerables a la infantería en combate próximo y sin posibilidad de salir a
toda velocidad. Además, las unidades podían pararse por el fango o la nieve. La
artillería y el apoyo aéreo también dependía del tiempo atmosférico.
Superioridad
aérea
La superioridad aérea
aliada se convirtió en un impedimento significativo en las operaciones alemanas
durante los últimos anos de la guerra. Los primeros éxitos alemanes disfrutaron
de superioridad aérea, apoyo aéreo cercano y reconocimiento aéreo. Sin embargo,
los cazabombarderos aliados fueron temidos por sus éxitos tácticos, de manera
que tras la Operación Overlord, las tripulaciones de los vehículos alemanes
mostraban reticencia de moverse en masa a la luz del día.
De hecho, la última
operación Blitzkrieg alemana, la Batalla de las Ardenas, fue planeada para que
tuviese lugar con mal tiempo y la aviación aliada en tierra. Bajo esas
condiciones, fue difícil para los comandantes alemanes emplear la "idea de
blindados" a su potencial previsto.
Tácticas
anti-Blitzkrieg
La Blitzkrieg era muy
efectiva contra las doctrinas de defensa estática que la mayoría de los países
desarrollaron al final de la I Guerra Mundial. Los primeros intentos de
derrotar a la Blitzkrieg pueden ser fechados durante la invasión a Polonia en
1939, donde el general polaco Stanisław Maczek, comandante de la 10a Brigada de
Caballería Motorizada, preparo un informe detallado de las tácticas alemanas,
su uso, efectividad y posibles precauciones para el ejército francés. Sin
embargo, el personal francés hizo caso omiso de este informe, que fue capturado
por los alemanes, sin abrir.
Durante la Batalla de
Francia en 1940, la 4a División Blindada de De Gaulle y elementos de la Brigada
Blindada de la Fuerza Expedicionaria Británica realizaron ataques en el flanco
alemán, llegando a empujar hacia atrás a las columnas blindadas avanzadas
durante la Batalla de Arras. Esta pudo haber sido la razón para que Hitler
ordenase la detención del avance alemán.
Esos ataques,
combinados con la defensa de erizo de Máxime Weygand se
convirtieron en la base principal para responder a la Blitzkrieg en el futuro:
despliegue en profundidad, permitir a las fuerzas enemigas circunvalar las
concentraciones defensivas, dependencia de la artillería anticarro, empleo de
la mayor fuerza en los flancos del ataque enemigo, seguido de contraataques en
la base para destruir el avance enemigo. Mantener los flancos era esencial para
encauzar el ataque enemigo, y la artillería, empleada apropiadamente, causaría
un número mayor de bajas a los atacantes.
Mientras que las
fuerzas aliadas en 1940 carecían de la experiencia para desarrollar con éxito
esas estrategias, teniendo como resultado la capitulación de Francia con muchas
pérdidas, fueron características en las operaciones aliadas posteriores. En la
Batalla de Kursk, el Ejército Rojo empleo una combinación de defensa en gran
profundidad, campos de minas extensos y una defensa tenaz en los flancos de la
rotura de la línea. De esta forma, redujeron la capacidad de combate de los
alemanes incluso mientras las fuerzas alemanas avanzaban.
Logística
Aunque efectiva en las
campanas rápidas contra Polonia y Francia, la Blitzkrieg no se podía mantener
por Alemania en los últimos anos de la guerra. La Blitzkrieg tiene el peligro
inherente de extender demasiado sus líneas de abastecimiento, y la estrategia
podía ser derrotada por un enemigo determinado, que esté dispuesto a sacrificar
territorio durante el tiempo necesario para reagruparse y rearmarse, como
hicieron los soviéticos en el Frente Oriental, la conocida estrategia de ceder
terreno a cambio de ganar tiempo.
La producción de
tanques y vehículos era un problema constante para Alemania. De hecho, a final
de la guerra, muchas Divisiones Panzer no tenían más que algunas docenas de
tanques.[16] Tal como se acercaba en fin de la
guerra, Alemania
también tuvo escasez critica de combustible y munición debido a los bombardeos
estratégicos aliados. Aunque la producción de aviones de combate continuaban,
no podían volar debido a la falta de combustible. El combustible era enviado a
las divisiones Panzer, que incluso así no podían operar de forma normal. De los
Tiger I que se perdieron contra el Ejercito de los Estados Unidos, casi la
mitad de ellos fueron abandonados por falta de combustible.[17]
Influencia
La influencia más
amplia de la Blitzkrieg estuvo dentro de la dirección aliada occidental de la
guerra, algunos de los que tomaron inspiración de la propuesta alemana. El
general estadounidense Patton resaltaba la persecución rápida, el uso de una
punta de lanza de blindados para realizar una rotura del frente, y aislar y
desbaratar las fuerzas enemigas antes de que se dieran a la fuga. También puso
en práctica la idea atribuida al líder de caballería Nathan Bedford Forrest de
"llegar allí más rápido, con la mayoría de las fuerzas".
La Blitzkrieg también
ha influido sobre otros militares y doctrinas. El Ejercito de Defensa de Israel
puede haber sido influenciado por la Blitzkrieg al crear puntas de lanza
flexibles y apoyo cercano aéreo.[18] En los años 1990, los
teóricos estadounidenses del Shock and awe (Conmoción y
pavor) afirmaron que la Bliztkrieg era un subconjunto de estrategias que
denominaron "dominio rápido".
Interpretaciones
variadas de la Blitzkrieg
Al comienzo de los años
1970, la interpretación de la Blitzkrieg, en particular con respecto a la
Segunda Guerra Mundial, experimento un cambio en la comunidad de historiadores.
John Ellis describió el cambio:
“Nuestra percepción de
las operaciones terrestres en la Segunda Guerra Mundial han... sido
distorsionadas por un excesivo énfasis sobre el equipo empleado. El punto
principal de atención ha sido el tanque y las formaciones que lo emplearon, mas
notablemente las divisiones Panzer. A pesar del hecho de que solo 40 de las 520
divisiones alemanas que vieron combate fueron divisiones Panzer (hubo también
24 divisiones motorizadas/panzergrenadier adicionales), la historia de las
operaciones alemanas han sido escritas ampliamente en términos de la Blitzkrieg
y se ha concentrado casi exclusivamente en las proezas de las formaciones
mecanizadas. Incluso mas erróneamente, esta presentación del combate terrestre
como una gran confrontación de blindados ha sido extendida a las operaciones
aliadas, así que en la imaginación popular las hazañas de los ejércitos
británicos y de la Commonwealth, con solo 11 divisiones de blindados de 73 (que
vieron combate), y de los estadounidenses en Europa, con solo 19 de 59, son
tipificadas por tanques avanzando por el Desierto Occidental o intentando mantener
el ritmo con Patton en la carrera a través de Sicilia y a través del norte de
Francia. Por supuesto, esas fuerzas blindadas desempeñaron un algo más que
importante papel en las operaciones que las proporciones sencillas parecen
indicar, pero aun hay que hacer hincapié en que no dominaron el campo de
batalla o precipitaron la evolución de nuevos modelos de guerra.”[12]
Ellis, así como Zaloga
en su estudio de la campana polaca de 1939, señala que el uso efectivo de otras
armas como la artillería y el fuego aéreo como tan decisivos para el éxito de
las operaciones alemanas, y posteriormente de las aliadas. Las operaciones
Panzer en Rusia no proporcionaron resultados decisivos: Leningrado nunca cayo a
pesar de que tenía asignado un Panzergruppe entero,
tampoco lo hizo Moscú. En 1942 las formaciones Panzer se extendieron demasiado
en Stalingrado y el Cáucaso, y los éxitos conseguidos, como Manstein en Jarkov
solo tuvieron importancia local.
Referencias
[1]
Karl-Heinz Frieser. The Blitzkrieg Legend: The 1940 Campaign in the West
[2]
"Blitzkrieger" en TIME Vol. XXXIV No. 13, 25 de septiembre de 1939.
(http:/ / www. time. com/ time/ archive/ preview/0,10987,761969,00. html)
[3]
James S. Corum, The Roots of Blitzkrieg: Hans von Seeckt and German Military
Reform (Lawrence, KS: University Press of Kansas, 1994)
[4]
Defendido por Corum, Edwards, y House, asi como el propio Guderian en sus
memorias.
[5]
Charles de Gaulle | 1925-1940 : un officier anticonformiste (http:/ / www.
charles-de-gaulle. org/ article_print. php?id_article=20)
[6]
Young, Desmond; The Desert Fox, 1955
[7]
Roger Edwards, Panzer: A Revolution in Warfare, 1939-1945 (Londres:
Brockhampton Press, 1998)
[8]
Comentarios de Guderian a un articulo anonimo publicado por la Union Nacional
de Oficiales Alemanes el 15 de octubre de 1937, y citado en Panzer Leader, pp. 39-46
[9]
Heinz Guderian, Panzer Leader (Nueva York: De Capo Press, 2002)
[10]
Pitt, Barrie. The Second World War. (BPC Publishing 1966)
[11]
Cooper, Matthew. The German Army 1939-1945:
Its Political and Military Failure 1976
[12]
Ellis, John. Brute Force (Viking Penguin, 1990)
[13]
Zaloga, Steven and Majej. The Polish Campaign 1939 (Hippocrene Books, 1985)
[14]
Algunos autores senalan la posibilidad de que la aparente "pasividad"
alemana en Dunkerque se debiera a las esperanzas de Hitler de negociar un
acuerdo pacifico con Inglaterra tras la conquista de Francia.
[15]
Alan Clark, Barbarossa: The Russian-German Conflict, 1941-45 (Nueva York:
Quill, 1965)
[16]
Richard Simpkin, Race to the Swift: Thoughts on Twenty-First Century Warfare
(Londres: Brassey's, 2000)
[17]
Charles Winchester, "The Demodernization of the German Army in World War
2", Osprey Publishing. (http:/ / www. ospreypublishing.
com/
content2. php/ cid=68)
[18]
Jonathan M. House, Toward Combined Arms Warfare: A Survey of 20th-Century
Tactics, Doctrine, and Organization. (University Press of the Pacific, 2002).
(http:/ / cgsc. leavenworth. army. mil/ carl/ resources/ csi/ House/ House.
asp)
Bibliografia adicional
•
Peter Chrisp. Blitzkrieg! 1990.
• Len
Deighton. Blitzkrieg: From the rise of Hitler to the fall of Dunkirk. 1981.
•
James S. CorumThe Roots of Blitzkrieg: Hans von Seeckt and German Military
Reform. 1994.
•
Roger Edwards. Panzer: A Revolution in Warfare, 1939-1945. Londres:
Brockhampton Press, 1998.
•
Heinz Guderian (1952). Panzer Leader Nueva York, 2001.
•
Erich von Manstein. Lost Victories Presidio, 1994.
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